¿Qué es y cuando se empezó a usar el Producto Mínimo Viable para proyectos de Internet?

¿Qué es y cuando se empezó a usar el Producto Mínimo Viable para proyectos de Internet?

Si trabajas en el mundo del marketing digital, desarrollo de aplicaciones o comercio electrónico, es muy probable que hayas escuchado hablar del diseño de un Producto Mínimo Viable (Minimum Viable Product –MVP-, por sus siglas en inglés), pero: ¿Tienes idea de lo que eso significa?

Cuando se habla de Producto Mínimo Viable, en realidad se refiere a un producto que cuente con suficientes características como para satisfacer a los clientes iniciales y proporcionar retroalimentación para el desarrollo futuro. Sin embargo, algunos expertos añaden que un Producto Mínimo Viable debe ser vendible para que, en efecto, sea viable.

El término fue acuñado por Frank Robinson en 2001 y rápidamente comenzó a utilizarse en el mundo del Internet y la informática, cuando los desarrolladores comenzaron a lanzar productos orientados a obtener la mayor cantidad de información posible de sus usuarios (retroalimentación) para luego rediseñar los prototipos elaborados en un primer momento (iteración).

En el caso de los emprendedores y las startups, el desconocimiento del problema y la solución requiere de un proceso iterativo que busque entender el problema del cliente a través de la hipótesis y experimentos, para luego desarrollar la solución a través de datos y retroalimentación. Para ello, se requiere desarrollar prototipos y múltiples versiones del producto, con el fin de que pueda ser refinado según las reacciones del cliente.

El ámbito donde más se aplica el concepto de Producto Mínimo Viable es en el desarrollo de aplicaciones, donde muchas veces se evita desarrollar apps que los clientes no quieran y maximizar la información obtenida, de acuerdo con el costo y los esfuerzos invertidos.

La gran ventaja de los MVP es que busca comprobar que, en efecto, el producto resuelva una necesidad del mercado antes de tener que invertir demasiados recursos en su desarrollo. Luego, se inicia un proceso de iteración con el fin de corregir el producto sin realizar mayores esfuerzos, gracias a la retroalimentación frecuente que se tiene.

Un ejemplo de ello son las landing page, o páginas web de inicio, donde se describa el producto a desarrollar con un link para solicitar mayor información. Se puede utilizar publicidad de Google u otros medios para generar tráfico a la página y ofrecer el producto. Así, se puede comprobar el interés real en el producto y cuáles son las características que desea el público.

Otra forma de aplicar el modelo MVP es mediante el lanzamiento de versiones BETA de aplicaciones mediante las tiendas de aplicaciones disponibles (como Google Play o App Store). Así, los usuarios podrán probar la versión previa de tu aplicación y te aportarán datos claves sobre el interés del público en la app y cuáles son los posibles puntos de mejora.

En definitiva, la clave para ejecutar un proyecto en internet bajo el modelo MVP es crear un producto sencillo y funcional, con bastante flexibilidad y capacidad de adaptación a los cambios, para luego comenzar a iterar con base en la retroalimentación que te ofrezcan los usuarios en la red.

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Redaccción Strapp International 2018

Fuente: SG

 

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